El término capitalismo tuvo nombramiento en España a finales del siglo XV y principios del XVI, aunque no alcanzó la madurez hasta el siglo XIX. Se asociaron connotaciones negativas hacia la injusticia, la desigualdad y la explotación, tras el malestar social que había generado por entrar en colisión con el final del feudalismo.
¿En que consiste el capitalismo?
Su respuesta parece obvia.
Querer producir más riqueza proponiendo la libertad de mercado como objetivo principal. Pero no siempre es así. El problema es que el capital generado por el capitalista no es utilizado como elemento productivo, sino de manera ilícita.
Debe, pues, no confundirse el objetivo del capitalismo que esta basado en una inversión rentable, con lo que es el capital individual. El emprendedor necesita de capital y recursos como inversión para generar solvencia económica, no pudiendo ocultar sus bienes producidos debido a que debe de demostrar la viabilidad de la empresa. En esto debería consistir el capitalismo.
¿Qué desafíos presenta?
Está claro, el capitalismo actual debe cambiar.
Hoy en día, es imprescindible crear un nuevo modelo de negocio ético y sostenible para generar riqueza social. Este nuevo capitalismo debe paliar la desigualdad y los impactos medioambientales generados por el capitalismo anterior, que ha estado conllevando a la destrucción social, económica y medioambiental.
Lo que debemos hacer como consumidores es apostar por aquellas empresas activistas cuyo objetivo es el bien común. Es cierto que, queda un largo camino por recorrer, pero si los grandes capitalistas apuestan por ello, seguro que con el tiempo se consigue un equilibrio.
La COVID-19 ha repercutido positivamente en las inversiones sostenibles, debido a que se ha producido un cambio hacia una dirección enfocada al problema. Toda la sociedad se ha puesto en marcha para conseguir un mismo objetivo, manteniendo como prioridad la gestión de la sostenibilidad en las organizaciones adheridas.
¿Cómo conseguir una respuesta rápida?
En la educación.
Se deben sembrar valores sociales desde temprana edad para conseguir resultados satisfactorios. Esto contribuirá, a una mayor sensibilidad que en las generaciones anteriores.
Cada vez más, la sociedad contribuye a la consecución de dicho proyecto. Lo cierto es, que falta todavía mayor implicación capitalista para un avance más audaz, y así lograr grandes resultados de sostenibilidad.
Realizar esfuerzos a través de la educación, provocará una reacción positiva y rápida en un entorno global, para que sean las empresas quienes proyecten diversas alternativas sostenibles.
¿Cuál es la solución?
Considero que las empresas deben de emplear capital para anticiparse a los posibles problemas sociales y medioambientales, así como, crear proyectos para dicho cometido.
En dicho modo, este cambio dependerá de la reacción del consumidor ante empresas que no satisfagan las necesidades impuestas en materia de sostenibilidad.
Todos debemos de contribuir para conseguir una sostenibilidad global. Tanto las empresas como los consumidores debemos de concienciarnos colectivamente y dar ejemplo a generaciones futuras.
Sí, es posible cambiar el mundo a partir de una óptima educación y un consumo responsable y sostenible.
“Si supiera que el mundo se tiene que acabar mañana, yo, hoy, todavía plantaría un árbol”
Martin Luther King
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